
El liebre ha vuelto después de unos días de nieve intacta. ¡Maldita liebre! ¡No desenterrés los rosales de mi esposa!
Finalmente, la semana pasada, el invierno llego al punto que más me gusta. Ha nevado para que haya una capa de nieve permanente y el termómetro ha mostrado números negativos, pero nunca más bajo de -6 C.
Como no hay viento la nieve se queda en las ramas de los árboles. Es muy eficiente en absorber el ruido. La que tenemos a nuestro alrededor en la tierra, en los árboles y arbustos permite que nos sentemos afuera después de la sauna sin escuchar el ruido de la autovía que está a 300 metros.
Los últimos meses un cárabo común se ha establecido en el bosque de la loma y me encanta escucharlo. La loma está solamente a 100 metros de mi casa.
Ya he esquiado en las pistas del bosque incluyendo en las de Aulanko, un lugar conocido por su paisaje nacional.
Y me encanta el invierno en este punto porque cada día aumenta la luz y en pocas semanas ya viene la primavera.

Un paisaje nacional. El Lago de Aulanko en invierno. Foto copyright Hämeenlinnan kaupunki.
A mi también me gusta así!
La liebre se comió tres de nuestros arbustos (los «anjervos»). Ni modo, algo tiene que comer la pobre con este frío…
Aunque nos visita a menudo, parece que tiene mejores jardines nuestra liebre. Dices como el finlandés en Olveiroa cuando comió su pan un ratón: «Pero, algo tiene que comer un ratón…»
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